No hay nada que tenga el aspecto, la sensación o la funcionalidad de un diente natural. Una higiene bucodental apropiada —acompañada por visitas al dentista— puede ayudarte a mantener tus dientes sanos durante toda la vida.
Sin embargo, es posible que alguno de tus dientes sufra infección o algún tipo de enfermedad y necesite cuidado adicional. Quizás pienses “¿por qué no sacarme el diente?”, especialmente los más difíciles de ver a primera vista, pero tú serás consciente de que te falta esa pieza, y puedes estar seguro de que tu calida de vida sufrirá.
No te saques un diente porque creas que es más fácil o más barato. La falta de una pieza dental puede causar que el resto de dientes se muevan, además de afectar a tu habilidad de masticar y sonreír. La extracción dental suele ser más dolorosa que la misma infección, y cambiar un diente extraído por uno articial requiere de visitas adicionales que irán sumando en coste.
La endodoncia moderna ofrece enormes avances en tecnologías, procedimientos y materiales, dándote opciones de tratamiento nunca vistas antes para poder salvar tus dientes naturales.
Algunos consejos para salvar tus dientes naturales
Los endodoncistas son especialistas en salvar tus dientes, evaluando tu condición y ofreciéndote el mejor tratamiento para ayudarte a conservar tu dentadura para toda la vida.
Elige la endodoncia
Si te dan a elegir entre extracción dental o una endodoncia, elige siempre la endodoncia. Ningún tipo de implante, prótesis o puente funcionará igual de bien que un diente natural.
Actúa de inmediato
Cuando notes hinchazón o dolor, actúa. La mayoría de endodoncistas pueden ocuparse de casos de emergencia.
Los tratamientos endodónticos son prácticamente indoloros y el periodo postoperatorio es menos incómodo que si te extraes un diente. Gracias a las técnicas modernas y la anestesia ¡los pacientes que se someten a endodoncias sufren menos dolor que con una extracción!
¿Cómo salva tu diente la endodoncia?
Los dientes requieren la endodoncia cuando la pulpa (el interior del diente) se infecta o inflama a causa de caries o una fisura en el diente. Si esta infección se deja sin tratar, puede causar dolor o incluso llevar a un absceso.
Cuando te sometes a una endodoncia, se quita la pulpa infectada para limpiar y desinfectar cuidadosamente, para luego rellenar el hueco resultante con un sellador. Tras este sellado, se restaura el diente y podrá seguir funcionando como siempre.
Los tratamientos endodónticos te ayudarán a mantener tu sonrisa natural, ayudándote a comer como siempre y limitando la necesidad de trabajo dental en el futuro. Con el cuidado adecuado, la mayoría de dientes endodonciados durarán para toda la vida.